miércoles, 7 de septiembre de 2011

Saldo promedio, tasa de interés ordinaria y pago mínimo (parte 3)

¿Cómo se determina el pago mínimo que me pide el banco para la mensualidad de mi tarjeta de crédito? ¿Qué implicaciones tiene hacer sólo el pago mínimo cada mes?

En México, en términos generales, el pago mínimo es el que resulte mayor de entre 2 alternativas: 1) el 10% del saldo a la fecha de corte (es decir, principal, intereses, gastos, comisiones y demás accesorios a la fecha de corte) y 2) $50.00 pesos. No obstante lo anterior, los bancos se reservan el derecho de solicitar como pago mínimo un porcentaje inferior a dicho 10%.

Regresemos al ejemplo que hemos utilizado:


Como se puede observar, el saldo al final del periodo es de $74,693.76 (incluye intereses y el impuesto al valor agregado o IVA). El pago mínimo calculado al 10% es de $7,469.38; sin embrago, el banco decidió establecer como pago mínimo sólo $4,009.00.

Ahora bien, la suma de las compras, los intereses y el IVA es de $6,498.45. Es decir, el pago mínimo no alcanza a cubrir los gastos totales del mes. Esto significa que para el siguiente periodo, si sólo se cubre el mínimo, el saldo inicial será mayor al del mes anterior. ¿El resultado? Mayor saldo promedio y mayor pago de intereses.

¿Cuánto te tardarías en pagar el total de tu saldo haciendo sólo pagos mínimos y sin utilizar tu tarjeta? ¡999 meses, o bien, más de 83 años!

¿Entonces por qué el banco decidió "reservarse el derecho" de cobrarme un menor porcentaje como pago mínimo? Está estudiado que un menor pago mínimo reduce la ansiedad de los consumidores de utilizar su tarjeta de crédito al tener que pagar una cantidad "manejable" cada mes. La consecuencia: la gente sigue utilizando su tarjeta, pagando mínimos y el banco obtiene grandes utilidades.

¿Seguirás haciendo sólo pagos mínimos?

Supongo que no.

Saldo promedio, tasa de interés ordinaria y pago mínimo (parte 2)

¿Cómo calculo el cobro de intereses de mi tarjeta de crédito?

En el post anterior, calculamos el saldo promedio de tu tarjeta de crédito, que representa el monto base sobre el cual se determina el pago de intereses del periodo.

En México, la tasa de interés ordinaria se calcula tomando como base el promedio de la TIIE o (tasa de interés interbancaria de equilibrio) a 28 días en el periodo más una diferencia (o "spread") de determinados puntos porcentuales. Cada banco determina esta diferencia, pero aquí te voy a decir cómo sacar cuántos puntos por encima de la TIIE te está cobrando tu banco.

La TIIE a 28 días la determina diariamente el Banco de México y la publica al día siguiente en el Diario Oficial de la Federación. Para obtener una serie histórica, puedes entrar a la página de internet del Banco de México http://www.banxico.org.mx/ en la ruta siguiente: mercado de valores/estadísticas/Tasas y precios de referencia en el mercado de valores

Una vez que tengas la serie de valores de la TIIE, saca el promedio que corresponde al periodo de tu tarjeta de crédito. Ahí te va el ejemplo:


Como puedes ver, la fecha de corte es el 16 de cada mes, por lo que el periodo a considerar es del 17 de julio a 16 de agosto (las fechas en donde no aparece el valor de la TIIE representan los días festivos y fines de semana). El promedio de la TIIE en este periodo fue de 4.81%. Ahora bien, del estado de cuenta de ese mes, la tasa de interés ordinaria fue de 39.81%. Si sacas la diferencia entre estas dos tasas, obtienes que el banco te está cobrando ¡35 puntos porcentuales por encima de la TIIE! (¿No le pierden, muchachos?)

Ahora bien, el monto de intereses que te cobrará el banco en ese periodo será el que resulte de multiplicar la tasa de interés ordinaria por el saldo promedio. Ojo, la tasa de interés ordinaria se encuentra expresada en términos anuales, por lo que hay que calcularla para el periodo específico. En este caso, existen 31 días entre el 17 de julio y el 16 de agosto. El primer paso es sacar la tasa diaria, así que dividimos a tasa anual (39.81%) por el número de días en el año. Por convención, se utilizan 360 días, en lugar de 365. El resultado (0.1106%) lo multiplicamos por el número de días en el periodo (31) y obtenemos la tasa mensual de 3.4281%.

Por último, multiplicamos la tasa mensual (3.4281%) por el saldo promedio ($74,097.15) y obtenemos el monto de intereses del mes de $2,540.11


Si quieres saber la tasa ordinaria que te cobrará el banco ANTES de que llegue tu estado de cuenta, obtén el promedio de la TIIE del periodo y súmale los puntos que te cobra el banco por encima de esta tasa (35 puntos en este ejemplo)

Es más, puedes determinar qué banco te cobra un mayor diferencial por encima de la TIIE si utilizas el método que viste aquí. Así podrás hablar a tu banco y renegociar la tasa, o bien, cancelar la cuenta.

martes, 6 de septiembre de 2011

Saldo promedio, tasa de interés ordinaria y pago mínimo (parte 1)

¿Cómo calcula el banco los intereses que me cobrará cada mes por el uso de mi tarjeta de crédito? ¿Cómo determina la tasa de interés que utilizará para el cálculo? ¿Cómo se obtiene el pago mínimo?

El método específico para determinar la respuesta a las preguntas anteriores depende del contrato de crédito que hayas firmado con el banco, pero, en general, se calcula de la forma siguiente:

El monto base para el cálculo de intereses es el saldo promedio diario en el mes. Para determinarlo, tienes que calcular el saldo de tu tarjeta para cada dia del mes y luego sacar el promedio. El saldo diario lo sacas con base en el saldo del día anterior, le sumas las compras de ese día y le restas los pagos que hayas hecho también en ese día. Si un día en particular no hiciste cargos ni realizaste pagos, el saldo será igual al del día anterior. Te pongo un ejemplo:


En este caso, la fecha de corte es el día 16 de cada mes. El saldo inicial para el 17 de julio, es el saldo final del corte anterior, es decir, del 16 de julio. En este ejemplo, $74,717.31. Supongamos que el 18 de julio hiciste una compra de $3,054.57; el saldo de ese día será de $77,771.88 (la suma del saldo del día anterior $74,717.31 más el importe de la compra $3,054.57). Ahora bien, supongamos que hiciste un pago de $4,022.00 el 19 de julio. El saldo de ese día será el del día anterior menos el pago, o sea $73,749.88 ($77,771.88 - $4,022.00).

El ejemplo continúa hasta que llega la fecha de corte, el 16 de agosto. El saldo al final de mes es de $71,804.88. Si calculas el promedio de tus saldos diarios, obtienes la cantidad de $74,097.15. ¡Ese es tu saldo promedio del mes y sobre el cual te cobrarán los intereses ordinarios!

Como te puedes dar cuenta, no es difícil determinar el saldo promedio de tu tarjeta. De hecho, podrías calcularlo ANTES de que llegue tu estado de cuenta.

Una pequeña moraleja: Como el cálculo de intereses se hace sobre el saldo promedio y no sobre el saldo al final del periodo, ¡puedes reducir el saldo promedio si pagas con mayor anticipación! Es decir, si no te es posible liquidar el saldo total de tu tarjeta en un mes en particular y te ves forzado a hacer sólo un pago parcial, te conviene hacerlo lo más pronto posible (¡al día siguiente de la fecha de corte!) y no esperarte a la fecha límite de pago. Con eso reducirás el saldo promedio y, por lo tanto, el pago de intereses del mes. Claro, muchas veces depende de tu flujo de efectivo, pero cada día de anticipación te genera un pequeño ahorro en intereses. ¡Qué tal!

Paso 3 para salir de deudas: Determina el tamaño del problema

Una vez que has decidido salir de deudas y has dejado de usar tu(s) tarjeta(s) de crédito, el siguiente paso es saber exactamente cuánto debes al día de hoy. Así que manos a la obra: Ve por lápiz, papel y una calculadora (o, mejor aún, utiliza el excel). También consigue tus últimos estados de cuenta de todas las tarjetas de crédito que tengas, ya sea comerciales, departamentales o de servicios. Si no tienes los más recientes, comunícate al banco para consultar tu saldo a la fecha.

Una pequeña advertencia: El resultado que estás a punto de obtener seguramente no será de tu agrado. Pero déjame decirte que enfrentar la realidad tiene un aspecto positivo: ¡Te hará reforzar el deseo de salir de esta situación y contribuirá a que cambies de hábitos de consumo y de financiamiento! De hecho, cambiar de hábitos es uno de los pasos para salir de deudas.

Ya que tienes todos tus estados de cuenta reunidos, registra la siguiente información para cada una de tus tarjetas: saldo al corte, saldo a la fecha (por si hiciste algún cargo durante el mes), fecha de corte, fecha límite de pago, tasa de interés ordinaria y situación actual, o sea, "al corriente en tus pagos"; "atraso", o "en cobranza"). Si tu cuenta presenta un atraso, señala de cuantos días (1 a 29; 30 a 59; 60 a 89; 90 o más)

Ahora viene la parte difícil: Suma el saldo de tus tarjetas al último corte y a la fecha. Toma un respiro antes de ver el resultado.

Cuando vi el saldo de mis deudas sentí un profundo desasosiego: mis deudas representaban 17 veces mi sueldo neto mensual. Una vez que me repuse del impacto, decidí que era momento de actuar.

Viendo estas cifras, ya te lo piensas antes de volver a utilizar tu(s) tarjeta(s), ¿no?

Esa es la idea.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Paso 2 para salir de deudas: ¡Deja de utilizar tus tarjetas ya!

Parece muy obvio, pero mientras sigas usando tus tarjetas de crédito, jamás saldrás de deudas.

Algunos tips para dejar de usar tus tarjetas son los siguientes:

1) Deja tus tarjetas de crédito en casa. Parece increíble, pero eso es casi como salir sin celular. Sientes que te falta algo, pero eso evitará que hagas cualquier tipo de compra con tus tarjetas.

2) Paga todos tus gastos en efectivo o con tu tarjeta de débito. Esto tiene 2 ventajas: Primero, al utilizar tus propios recursos te verás obligado a ajustarte a lo que realmente tienes. Segundo: Una de las razones por las que utilizas constantemente tus tarjetas, es que no percibes físicamente que estás entregando una determinada cantidad de dinero. Sólo recibes un voucher y firmas, ya está. En cambio, si vas a pagar por una compra de $1,000 pesos en billetes de $100, sentirás cómo se te va el dinero.

3) ¡Destruye tus tarjetas! Te apuesto a que al leer este tip sentiste de inmediato cómo la adrenalina subía en tu cuerpo. Quizás te parezca muy radical, pero te aseguras que, al menos en el corto plazo, no podrás utilizar tus tarjetas.

Es increíble lo que la gente está dispuesta a hacer para usar sus tarjetas: Si las dejó en casa, se regresa por ellas. Si las destruyó, va al banco a solicitar una reposición. Si no trae efectivo, le pide a quien lo acompaña que firme por él o ella. ¡No caigas en estas situaciones! Sólo sabotearás tus planes.

Lo más importante de este paso es que te comprometas contigo mismo a no hacer uso de tus tarjetas de crédito hasta que salgas de deudas.

Requiere valor, sí. Pero los resultados valdrán la pena.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Paso 1 para salir de deudas: reconocer que tienes un problema

"Hola, soy ____ y soy deudor de tarjetas de crédito"

El primer paso para salir de deudas, es reconocer que tienes un problema y que quieres salir de él. Parece muy sencillo, pero la mayoría de los que tienen o tuvimos deudas alguna vez, nos resistimos a creer que debemos tomar alguna medida al respecto.

Tal vez te suene familiar la siguiente historia: tienes una tarjeta de crédito, la usas un poco cada mes y pagas completamente tu saldo. El banco, al ver que eres un buen pagador, te aumenta tu línea de crédito. Te sientes reconocido, y decides aceptarla. Como tienes una mayor capacidad para endeudarte (que confundes con una mayor capacidad de pago), empiezas a gastar más. Llega tu estado de cuenta y por primera vez no puedes cubrir completamente el saldo. Eso sí, pagas más del mínimo. Sigues usando tu tarjeta y el siguiente estado de cuenta trae, además, los cargos por intereses del mes (calculados a una tasa del 35% anual) más el impuesto al valor agregado. Pagas un poco menos.

Y así sigue la historia hasta que terminas haciendo sólo el pago mínimo. Se convierte, entonces, en un gasto RECURRENTE en tus finanzas personales, junto con la renta (o hipoteca), la gasolina, la comida, colegiaturas y demás. Al hacer sólo el pago mínimo, el saldo sigue creciendo, o bien, no disminuye significativamente. Sigues usando la tarjeta porque haces el cargo automático del celular y la televisión de paga. El saldo promedio aumenta y, por lo tanto, el pago mínimo. Como ya no te alcanza tu sueldo, recurres a la tarjeta de crédito "para llegar a la quincena". El saldo promedio aumenta y, con ello, el pago mínimo... Así, hasta que llegas al límite de tu línea de crédito.

Entonces, llega la gota que derrama el vaso. Pueden ser muchas cosas, por ejemplo, la crisis por los "errores de diciembre"; el "efecto tequila"; la burbuja de las empresas de internet, o la crisis de las hipotecas "subprime" de 2008. Las tasas de interés suben y tu tarjeta te empieza a cobrar el 65% anual. O simplemente, llega el cobro de comisión anual de $1,000 pesos que hace que sobrepases el límite de crédito y, por tanto, te haces acreedor a un cargo por sobregiro, más el impuesto al valor agregado. Si no puedes pagar el mínimo, viene el cargo por mora: 3 veces la tasa ordinaria, o sea, ¡195% anual!

¿Y cómo lo resuelves? Sacas otra tarjeta de crédito.

La historia empieza de nuevo y sigue tantas veces como tarjetas de crédito obtengas. Yo llegué a tener 11.

Y tú, ¿en qué parte de la historia vas? ¿Sigues pensando que no pasa nada y que no hay que tomar medidas al respecto? ¿O te has convencido que tienes un problema y que debes de resolverlo?

Si contestaste que "sí" a la última pregunta, acabas de dar el primer paso.

jueves, 1 de septiembre de 2011

El contrato de tu tarjeta de crédito. ¿Te traen la carta después de haber ordenado?

¿Alguna vez has leído el contrato de tu tarjeta de crédito? Hasta antes de hoy, no recuerdo cuando fue la última vez que leí uno. Y es que el dichoso contrato te lo envían por correspondencia junto con tu estado de cuenta.

Buscando entre mis papeles, encontré el contrato de una de mis tarjetas. Muchas cláusulas llamaron mi atención. Para empezar, la cláusula "GENERAL" estipula que "mediante la requisición de la solicitud correspondiente por parte del CLIENTE o por ofrecimiento del BANCO, podrán celebrar el contrato individual de apertura de crédito". En mi opinión, esto es equivalente a ordenar tu comida en un restaurante y después ver la carta.

Lo siguiente que llamó mi atención fue la determinación de la tasa de interés ordinaria. Esta se calcula tomando como base la TIIE (tasa de interés interbancaria de equilibrio) a 28 días a la que se añadirá un determinado número de puntos porcentuales con un tope de ¡50 puntos porcentuales! Con datos del Banco de México, la TIIE a 28 días del 1 de septiembre de 2011 fue de 4.7855%, por lo que el BANCO podría cobrarme una tasa de ¡54.7855%!

Y eso es la tasa de interés "ordinaria".  La tasa de interés moratoria será la que resulte de multiplicar la ordinaria ¡por 3!

En cuanto a la aplicación de los pagos, estos se harán en el orden siguiente: 1) impuesto al valor agregado; 2) intereses y comisiones, y 3) al capital o principal.

Por último, y lo más sorprendente, es que el BANCO está facultado para modificar los términos y condiciones del contrato por escrito dirigido al CLIENTE, mediante publicaciones en periódicos de amplia circulación O por cualquier otro medio (toma nota de la conjunción "o").

Moralejas: 1) paga la totalidad de tu saldo siempre que te sea posible; 2) si haces pagos parciales, siempre paga más del mínimo, y 3) revisa siempre tus estados de cuenta y busca cualquier comunicado que el BANCO te haga respecto a modificaciones en los términos y condiciones del contrato.

Sorprendente, ¿no?


Disculpe, y esa tarjeta de crédito ¿cuánto cuesta?

"¿Cuánto cuesta?" es la pregunta que olvidamos hacer cuando estamos a punto de contratar algún producto o servicio financiero. Incluso, a la hora de invertir en acciones, nos olvidamos de preguntarnos cuánto nos cuesta adquirir una acción en relación con lo que estimamos que vale. Benjamin Graham decía que la gente debería comprar sus acciones de la misma forma en que compra provisiones en el súper, y no de la forma en que compra un perfume.

El 31 de agosto de 2011, el Banco de México publicó el reporte sobre Agregados Monetarios y Actividad Financiera en julio de 2011. Aquí el enlace: http://www.banxico.org.mx/informacion-para-la-prensa/comunicados/sector-financiero/agregados-monetarios/{A15D70A5-2A2E-F593-3C18-732CC5E0754D}.pdf

En el cuadro 11 del reporte, se presentan las tasas de interés de crédito a los hogares. Así, en abril de 2011 el promedio ponderado de tasas efectivas de interés de tarjetas de crédito fue de 30.40% anual, con un máximo de 65% y un mínimo de 24.9%. Con las tasas de Cetes a 28 días de 4.14% en julio de 2011, no puedo evitar preguntar: "¿No le pierden?"

Y tú, ¿sabes cuánto cuesta tu tarjeta de crédito? Yo te voy a decir las tasas que cobran las tarjetas que tengo: tarjeta 1, 39.81%; tarjeta 2, 24%, y tarjeta 3, 27.94%. Por cierto, la tasa de la tarjeta 1 es "promocional", por ser un cliente cumplido. ¡Ja!

Un dato curioso: encontré entre mis papeles un folleto de Banco Santander en el que me mandan los datos a diciembre 2010 de la tasa de interés que cobra en tarjetas de crédito, comparada con la de tarjetas similares de otros bancos. Esto, dice el folleto, en cumplimiento de la Ley de Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros. Dicha ley se abrogó el 15 de junio de 2007.

¡Increíble!

¿Por qué no puedo ser del Jet Set?

Esa era la pregunta que me hacía cuando empecé a trabajar y comenzaba a ganar mi propio dinero. Claro, tomé la frase de la conocida canción del gran grupo argentino Soda Stereo. Creo que mi parte favorita de la canción, y que evoca la situación por la que estaba pasando, es: "Tengo el bolsillo agujereado, pero al menos tengo un Rolex. Lo he logrado".

Vivir por encima de nuestras posibilidades. Eso es lo que nos pasa a muchos por la sencilla razón que creemos merecerlo (claro, para eso trabajo, ¿no?). Pero mientras la revolución nos hace justicia, el remedio inmediato es... una tarjeta de crédito.

Y así fue como empecé a darme la gran vida: saliendo de antro cada vez que podía; comprándome camisas y trajes Hugo Boss; invitando a comer a las niñas que me gustaban de la oficina al mejor restaurante de la zona, y un largo etcétera. Eso sí, cuando llegaba el estado de cuenta, sólo cubría el pago mínimo.

Cuando llegué al límite de crédito de mi tarjeta, la solución fue simple: otra tarjeta de crédito. Y como nunca incumplía los pagos mínimos, contaba con un ingreso fijo y era un  gastalón, los ofrecimientos de tarjetas adicionales de otros bancos me empezaban a llover. Incluso, me llegaron tarjetas de crédito "pre-aprobadas" a mi casa (bueno, la casa de mis padres). No rechacé ninguna. De cualquier modo, era más dinero para gastar, ¿no?

Con esto podrías pensar que mi sueldo era estratosférico. Nada de eso. Empecé como jefe de departamento y ahora era subdirector en una dependencia de la Administración Pública Federal. Mi sueldo neto mensual: $23,512 pesos.

Así continué mi vida de "rock star" hasta que el resultado fue el siguiente: 11 tarjetas de crédito. ¿Mi saldo deudor? Toma un respiro... $401,811 pesos al 18 de julio de 2006. Mi sueldo, el mismo: $23,512 pesos. Esto es, mis deudas eran 17 veces mi sueldo.

Me pregunto cuánta gente estará en una situación similar. Supongo que es mucha, y no sólo en Mexico. Por eso escribo este blog. Para compartirles mis experiencias y contarles cómo salí de este agujero.

¿Cómo le hice? Es un largo camino hacia la libertad financiera, así que habrá mucho de que hablar, ¿no crees?

Hoy soy financieramente libre. Ahora puedo decir con toda seguridad "Lo he logrado".


miércoles, 31 de agosto de 2011

¿Ahí donde marca o bien lleno?

Acabo de cargar gasolina y me doy cuenta que batí mi récord: Una semana y media con un solo tanque de gasolina. ¿Cómo le hice?

Esta "pequeña" forma de ahorro la descubrí por accidente, aunque en realidad es bastante obvia.

Con toda seguridad se han lamentado de haber hecho un recorrido en coche que, sin tráfico, les hubiera demorado unos 15 minutos. En cambio, ¡pasaron unos 45 minutos en el mismo trayecto! Eso me pasaba todos los días camino al trabajo. Empecé a salir un poco más temprano por el estrés que me causaba pasar tanto tiempo en el coche. Así, mi tiempo de traslado se fue reduciendo hasta llegar a un promedio de 20 minutos. ¡Una vez hice 14 minutos, increíble! Y eso no significó llegar al trabajo a las 5 de la mañana, para nada. Pero sí estaba a las 8:00 u 8:30, dependiendo la hora a la que quisiera salir.

No sólo llegaba temprano al trabajo. Mis niveles de estrés se redujeron y mi gasto en gasolina se redujo en un 50%. ¿Qué hacía tan temprano en el trabajo? Bueno, revisaba mis mails; bajaba por un café; caminaba al Sanborns más cercano a ver revistas; navegaba en internet, o planeaba las actividades del día.

Entiendo que no siempre es posible salir más temprano de casa para llegar al trabajo. Quizás tengas que llevar a los hijos a la escuela o tomes un curso antes de dirigirte a la oficina. Pero si está en tus posibilidades, es un buen consejo que te hará ahorrar tiempo y dinero.

Mil setecientos pesos en monedas de $10, por favor

Muchas veces no detectamos qué tan fácil se nos puede ir el dinero. Si lleváramos un registro detallado de todos nuestros gastos, por más pequeños que estos sean, otra sería la historia. No te preocupes, aquí te diré cómo llevar la cuenta de todos tus gastos. Mientras tanto, te quiero compartir un pequeño consejo de ahorro que puede resultarte útil.

En primer lugar, tengo que decir que esta técnica se la copié a uno de los directores de la dependencia en la que trabajaba. Consiste en guardar todas las monedas de diez pesos que lleguen a tus manos. Parece sencillo, ¿no? Sí que lo es. Pero, ¿qué con eso? Bueno, pues este director que te cuento las guardaba en un florero durante todo el año y, con lo que obtenía, pagaba la tenencia de su coche. ¿Qué te parece?

Hace algunos años, cuando abrí una cuenta de ahorro, el banco me regaló una alcancía de cochinito hecha de plástico. Ahí guardo las monedas de diez pesos que llego a juntar durante el día. Pues resulta que al cochinito le caben ¡$1,700 pesos en monedas de $10! Cuando lo lleno, llevo el dinero al banco y lo deposito en mi cuenta de ahorro. De ahí lo transfiero a alguna de mis otras inversiones.

El punto es que muchas veces despreciamos las monedas que traemos en el bolsillo y, a la menor provocación, las gastamos: en chicles, el periódico, un café... Total, qué son unas monedas, ¿no? Pues ya viste, "unas monedas" son $1,700 pesos en un cochinito.

Mi madre guarda todas las monedas que tiene al final del día, y luego las usa para una emergencia o para gastos de poco valor nominal. Como ves, no tienen que ser sólo las monedas de $10 pesos. Pueden ser las de $5 pesos también o todas las que tengas en el día, como hace mi madre.

Sencillo, ¿no?

martes, 30 de agosto de 2011

Toda zaga tiene su origen: Mi primera tarjeta de crédito

Mi primera tarjeta de crédito la obtuve mientras estaba en la universidad. Era 1997 y recuerdo que se colocó un "stand" de Citibank en el patio de la escuela. Ofrecían la expedición de una tarjeta de crédito sin comprobar ingresos ni contar con historial crediticio. Lo único que se requería era llenar una solicitud y decidir si se quería la tarjeta con o sin fotografía. Como ya por aquellas épocas existía el robo, el fraude y la clonación de tarjetas, decidí que quería que mi foto apareciera en la tarjeta.

El crédito que me otorgaron fue de $3,000 pesos. Recuerdo que fui de inmediato a Deportes Martí a comprarme un set de mancuernas para hacer ejercicio. Como era estudiante sin ingresos fijos, me dediqué a cubrir sólo el pago mínimo. Literalmente, tardé años en pagar las mancuernas y otros tantos en cubrir el resto de los cargos que efectué a partir de esa primera compra a crédito.

Hoy en día, los bancos deben reportar en los estados de cuenta de tarjetas de crédito el monto a pagar si se desea cubrir el saldo total en 12 meses. Asimismo, también debe aparecer la cantidad de tiempo que sería necesario para liquidar el saldo pendiente si sólo se hace el pago mínimo. Es de verdad sorprendente la cantidad de tiempo que ello representa.

Tengo en mis manos el estado de cuenta de una de mis líneas de crédito con fecha de corte en julio de 2011, es decir, bastante reciente. El pago necesario para cubrir en 12 meses el saldo de $34,837 pesos es de $611 pesos, lo que representa el 394% más que el pago mínimo. Pero espera, el dato más relevante es el que te voy a dar ahora: el tiempo necesario para liquidar el adeudo haciendo sólo el pago mínimo es de... ¡999 meses! En términos anuales, ¡más de 83 años!

Por lo que te acabo de contar, es que muchas de las personas que tienen adeudos de tarjetas de crédito nunca terminan de liquidarlas si sólo hacen el pago mínimo. Cabe destacar que los datos de arriba son sólo si no se efectúan movimientos adicionales y si las tasas de interés se mantienen iguales a las que prevalecieron en el momento de hacer el cálculo. ¿Qué te parece?

Por fortuna, hoy soy totalero. Pero déjame decirte algo: Tú también puedes serlo.

¿Me trae la carta, por favor?

Te preguntarás de qué vamos a hablar en este blog. Muy bien, pues te diré que existe una gran variedad de temas que tocaré: Desde cómo tomar el control de tus finanzas personales, hasta cómo y en dónde invertir tus excedentes. Todo eso está en el menú del Chef Financiero.

Trataré de ser lo más claro posible en los temas que abordaré, y si alguno resulta un poco más técnico que los demás, lo haré saber en el título del post.

¡Adelante!

¿En problemas financieros?


¿Es fin de quincena y te quedaste sin dinero? ¿Tienes más de tres tarjetas de crédito? ¿Más de cinco? ¿Tus deudas te impiden disfrutar de los momentos agradables de la vida? ¿Te agobian las constantes llamadas de los despachos de cobranza a tu casa?

Si has contestado que "sí" a alguna de las preguntas anteriores, este blog es para ti.

No hace mucho tiempo, me encontraba en una situación muy precaria producto de mi pésima administración financiera. Mis deudas totales sumaban unas diez veces mi sueldo neto y la única luz al final del túnel, era la de la locomotora que estaba a punto de arrollarme.

No fue sino a través de muchos esfuerzos, dedicación, préstamos que recibí y, sobre todo, de un cambio de hábitos, que logré salir de la situación que te acabo de describir. Cuando me encontré en una posición en la que pude pagar todas mis deudas, me prometí a mi mismo que compartiría todas las experiencias que viví como deudor.

Ahora puedo presumir (en el buen sentido) que estoy financieramente sano. Es un alivio enorme cuando sales de deudas. Un alivio que comparo con la sensación de salir a la superficie después de permanecer algún tiempo bajo el agua hasta que casi se acabaron tus reservas de aire. ¿Crees que exagero? Seguramente si te has encontrado o te encuentras en una situación similar, sabes de lo que hablo.

Hoy tengo un coche que compré nuevo en la agencia, un departamento propio y estoy en vías de comprar un segundo inmueble como inversión. Y lo más importante, ¡tengo el control de mis finanzas personales!

Me encantaría que me acompañaras en este recuento de experiencias y que me dejaras transmitirte algunos de los conocimientos que adquirí durante este largo, largo viaje.

¿Te animas?