miércoles, 31 de agosto de 2011

¿Ahí donde marca o bien lleno?

Acabo de cargar gasolina y me doy cuenta que batí mi récord: Una semana y media con un solo tanque de gasolina. ¿Cómo le hice?

Esta "pequeña" forma de ahorro la descubrí por accidente, aunque en realidad es bastante obvia.

Con toda seguridad se han lamentado de haber hecho un recorrido en coche que, sin tráfico, les hubiera demorado unos 15 minutos. En cambio, ¡pasaron unos 45 minutos en el mismo trayecto! Eso me pasaba todos los días camino al trabajo. Empecé a salir un poco más temprano por el estrés que me causaba pasar tanto tiempo en el coche. Así, mi tiempo de traslado se fue reduciendo hasta llegar a un promedio de 20 minutos. ¡Una vez hice 14 minutos, increíble! Y eso no significó llegar al trabajo a las 5 de la mañana, para nada. Pero sí estaba a las 8:00 u 8:30, dependiendo la hora a la que quisiera salir.

No sólo llegaba temprano al trabajo. Mis niveles de estrés se redujeron y mi gasto en gasolina se redujo en un 50%. ¿Qué hacía tan temprano en el trabajo? Bueno, revisaba mis mails; bajaba por un café; caminaba al Sanborns más cercano a ver revistas; navegaba en internet, o planeaba las actividades del día.

Entiendo que no siempre es posible salir más temprano de casa para llegar al trabajo. Quizás tengas que llevar a los hijos a la escuela o tomes un curso antes de dirigirte a la oficina. Pero si está en tus posibilidades, es un buen consejo que te hará ahorrar tiempo y dinero.

Mil setecientos pesos en monedas de $10, por favor

Muchas veces no detectamos qué tan fácil se nos puede ir el dinero. Si lleváramos un registro detallado de todos nuestros gastos, por más pequeños que estos sean, otra sería la historia. No te preocupes, aquí te diré cómo llevar la cuenta de todos tus gastos. Mientras tanto, te quiero compartir un pequeño consejo de ahorro que puede resultarte útil.

En primer lugar, tengo que decir que esta técnica se la copié a uno de los directores de la dependencia en la que trabajaba. Consiste en guardar todas las monedas de diez pesos que lleguen a tus manos. Parece sencillo, ¿no? Sí que lo es. Pero, ¿qué con eso? Bueno, pues este director que te cuento las guardaba en un florero durante todo el año y, con lo que obtenía, pagaba la tenencia de su coche. ¿Qué te parece?

Hace algunos años, cuando abrí una cuenta de ahorro, el banco me regaló una alcancía de cochinito hecha de plástico. Ahí guardo las monedas de diez pesos que llego a juntar durante el día. Pues resulta que al cochinito le caben ¡$1,700 pesos en monedas de $10! Cuando lo lleno, llevo el dinero al banco y lo deposito en mi cuenta de ahorro. De ahí lo transfiero a alguna de mis otras inversiones.

El punto es que muchas veces despreciamos las monedas que traemos en el bolsillo y, a la menor provocación, las gastamos: en chicles, el periódico, un café... Total, qué son unas monedas, ¿no? Pues ya viste, "unas monedas" son $1,700 pesos en un cochinito.

Mi madre guarda todas las monedas que tiene al final del día, y luego las usa para una emergencia o para gastos de poco valor nominal. Como ves, no tienen que ser sólo las monedas de $10 pesos. Pueden ser las de $5 pesos también o todas las que tengas en el día, como hace mi madre.

Sencillo, ¿no?

martes, 30 de agosto de 2011

Toda zaga tiene su origen: Mi primera tarjeta de crédito

Mi primera tarjeta de crédito la obtuve mientras estaba en la universidad. Era 1997 y recuerdo que se colocó un "stand" de Citibank en el patio de la escuela. Ofrecían la expedición de una tarjeta de crédito sin comprobar ingresos ni contar con historial crediticio. Lo único que se requería era llenar una solicitud y decidir si se quería la tarjeta con o sin fotografía. Como ya por aquellas épocas existía el robo, el fraude y la clonación de tarjetas, decidí que quería que mi foto apareciera en la tarjeta.

El crédito que me otorgaron fue de $3,000 pesos. Recuerdo que fui de inmediato a Deportes Martí a comprarme un set de mancuernas para hacer ejercicio. Como era estudiante sin ingresos fijos, me dediqué a cubrir sólo el pago mínimo. Literalmente, tardé años en pagar las mancuernas y otros tantos en cubrir el resto de los cargos que efectué a partir de esa primera compra a crédito.

Hoy en día, los bancos deben reportar en los estados de cuenta de tarjetas de crédito el monto a pagar si se desea cubrir el saldo total en 12 meses. Asimismo, también debe aparecer la cantidad de tiempo que sería necesario para liquidar el saldo pendiente si sólo se hace el pago mínimo. Es de verdad sorprendente la cantidad de tiempo que ello representa.

Tengo en mis manos el estado de cuenta de una de mis líneas de crédito con fecha de corte en julio de 2011, es decir, bastante reciente. El pago necesario para cubrir en 12 meses el saldo de $34,837 pesos es de $611 pesos, lo que representa el 394% más que el pago mínimo. Pero espera, el dato más relevante es el que te voy a dar ahora: el tiempo necesario para liquidar el adeudo haciendo sólo el pago mínimo es de... ¡999 meses! En términos anuales, ¡más de 83 años!

Por lo que te acabo de contar, es que muchas de las personas que tienen adeudos de tarjetas de crédito nunca terminan de liquidarlas si sólo hacen el pago mínimo. Cabe destacar que los datos de arriba son sólo si no se efectúan movimientos adicionales y si las tasas de interés se mantienen iguales a las que prevalecieron en el momento de hacer el cálculo. ¿Qué te parece?

Por fortuna, hoy soy totalero. Pero déjame decirte algo: Tú también puedes serlo.

¿Me trae la carta, por favor?

Te preguntarás de qué vamos a hablar en este blog. Muy bien, pues te diré que existe una gran variedad de temas que tocaré: Desde cómo tomar el control de tus finanzas personales, hasta cómo y en dónde invertir tus excedentes. Todo eso está en el menú del Chef Financiero.

Trataré de ser lo más claro posible en los temas que abordaré, y si alguno resulta un poco más técnico que los demás, lo haré saber en el título del post.

¡Adelante!

¿En problemas financieros?


¿Es fin de quincena y te quedaste sin dinero? ¿Tienes más de tres tarjetas de crédito? ¿Más de cinco? ¿Tus deudas te impiden disfrutar de los momentos agradables de la vida? ¿Te agobian las constantes llamadas de los despachos de cobranza a tu casa?

Si has contestado que "sí" a alguna de las preguntas anteriores, este blog es para ti.

No hace mucho tiempo, me encontraba en una situación muy precaria producto de mi pésima administración financiera. Mis deudas totales sumaban unas diez veces mi sueldo neto y la única luz al final del túnel, era la de la locomotora que estaba a punto de arrollarme.

No fue sino a través de muchos esfuerzos, dedicación, préstamos que recibí y, sobre todo, de un cambio de hábitos, que logré salir de la situación que te acabo de describir. Cuando me encontré en una posición en la que pude pagar todas mis deudas, me prometí a mi mismo que compartiría todas las experiencias que viví como deudor.

Ahora puedo presumir (en el buen sentido) que estoy financieramente sano. Es un alivio enorme cuando sales de deudas. Un alivio que comparo con la sensación de salir a la superficie después de permanecer algún tiempo bajo el agua hasta que casi se acabaron tus reservas de aire. ¿Crees que exagero? Seguramente si te has encontrado o te encuentras en una situación similar, sabes de lo que hablo.

Hoy tengo un coche que compré nuevo en la agencia, un departamento propio y estoy en vías de comprar un segundo inmueble como inversión. Y lo más importante, ¡tengo el control de mis finanzas personales!

Me encantaría que me acompañaras en este recuento de experiencias y que me dejaras transmitirte algunos de los conocimientos que adquirí durante este largo, largo viaje.

¿Te animas?